Al concentrarme firmemente en una recta de mínimos me salió un recorrido circular,
estadisticamente imposible, quizás demasiada costumbre a lo normal.
Grito silenciosamente!
Grito silenciosamente!
Me escuchás?
Y seguí gritando, pero mi voz paulatinamente se fue, me la robaste...
Ahora resulta que estoy quedándome ciega...
Quizás de esta forma me vuelva sensible y sentitiva de nuevo...
martes, 18 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
sist! espero que siempre que quieras gritar te salga la voz, y que si no te sale, tengas al lado a alguien que lo haga por vos!
Publicar un comentario